TU HUELLA

La vida nos persigue como si una presa enferma y debilitada por el propio huir de esta, nos hiciera cada vez más apetitosa y fácil para el depredador. Así me siento al respirar cerca de ti, que la vida se me escapa y pareciera que nunca dejara de sentir, de aprender, de sufrir.

Me pregunto si desapareces de mi lado, cómo sobrevivir, cómo soportar y seguir adelante. Si el destino decide o nosotros por él, que nuestro camino discurre por separado, cómo la vida seguirá deselvonviéndose con su gracia natural, ingenua e indiferente a mi sentimiento de que ésta en si misma se termina. Todo pareciera que no discurre si no te tengo más, pareciera que el mundo pudiera llegar a finiquitar su nunca perturbable rotación solo por ti, al menos para mí… Pero, ¿sería cómo si nunca hubieses existido? ¿Llegaría un momento en el que el pensarte no fuera tan doloroso o doloroso sencillamente? ¿Llegaría un día que caminara por tu lado y ni siquiera miradas de soslayo nos dedicáramos?

 No, rotundamente no.

Y es que algo que nunca se puede borrar, como una huella en el cemento o como un vaso resquebrajado que fue inútilmente pegado uniendo sus trozos. Tu huella, siempre quedará en mí, así me saques de tu vida, así borre tu número, tus fotos, cambie de canal cuando salga nuestra canción o esa que odiábamos, incluso aunque se me olvide tu olor y el tacto de tu pelo entre mis dedos... siempre serás mi primer amor, aquel que relate a mis nietas cuando me vengan a pedir consejos, aquel primer amor que se robó tantos párrafos y tanta tinta, tantos aniversarios, los primeros besos y los primeros versos, serán años de imborrable amor que nunca, por mucho que me odies, por mucho que te alejes, se borrarán. La vida continuará, la Tierra impasible ante mi dolor seguirá su curso, cada día será una lágrima menos que derramar, pero el cemento cada vez se tornará más duro, resistente ante las inclemencias, y como un recuerdo imborrable, tu huella, imperturbable en mí, me seguirá hasta mi último suspiro.