VIAJES DE VIDA

Una etapa que se cierra frente a mí como esas puerta automáticas que tentada de poner la mano para que no se cierren, se cierran sin pedir permiso. Estas puertas se han hecho de rogar para cerrarse pero ahora, pareciera que desprenderse de este hito en el camino me dejara perdida, asustada por el devenir del tiempo y su canallería cuando de asestar verdades se trata.

El tiempo me sonríe inclemente e incompasivo desde diferentes ángulos de la vida, recordándome que puede ser cuanto desee, pasado, presente, futuro, pero que yo siempre corro en su cinta, sin pausa, sin poder parar y hacia el destino que él quiera prepararme.

La vida es aquello que pasa entre momentos y momentos que te dejan sin aire. Enamorada de la vida, temo su ligereza, su promiscuo compromiso con la nostalgia y el sentimiento de angustia que regala a los que aceptamos su reto y la vivimos, pues condenados a perder en el algún momento del juego, todos aceptamos sus reglas para después quejarnos de ellas.

Más allá de lo que fue y será, el tiempo es, y la vida pasa, a gran velocidad frente a nosotros, pocas veces somos capaces de percibirla aunque todos la mencionamos y rogamos, como a Santa Bárbara, cuando truena y el cielo nos parece tintado de oscuridad. Yo por eso de adorar la lluvia debo ser de las que la percibe siempre que hace bueno pues es cuando entiendo la calma que acontece una tormenta o la tormenta que precede a la calma. Como todo, depende del punto de vista. Ya nos enseñó la física que todo es relativo, y depende del observador y del sistema de referencia. Según esto en ocasiones te mueves y la vida es la que te observa, en otras es el paisaje el que corre y tú el que, aunque la velocidad besa tu frente, el que se paraliza frente a un horizonte a rafagazos.


Con esto inicio la despedida a una década convertida en un siglo, que me ha cambiado por dentro y por fuera, que tomó a una cría de 18 años con ínfulas de madura para dejar en tierra a una madura pre treintañera que solo sabe que no sabe nada. Muchos dicen que la sociedad y cultura en la que vivimos te introduce en este sistema para adormecerte durante años y mantenerte en un letargo silencioso. Yo he de decir que nunca estuve más despierta que en estos años y que me bajo de ellos, ronca de tanto gritar.


Comentarios

Entradas populares de este blog

ESPEJO

MATERNIDAD Y FEMINISMO

EL PASADO