DESMEMBRAMIENTO DE TI
Hoy me he despertado, me he
despertado de esa ensoñación estúpida en la que estaba, se me ha roto ese halo
de divinidad que había dibujado a tu alrededor. ¿Pero cómo he estado tan ciega?
Y yo… y yo que había confundido tus mentiras con silencios interesantes, tu
ignorancia con locura arrebatadora, tu desprecio por el amor con traumas
dolorosos, tu estupidez con gracia alocada, tu cinismo con desconocimiento, tu fealdad con belleza
abstracta, tu desorden mental con peculiaridad singular y única… mi gilipollez…
mi gilipollez la confundí con amor. Y, ¡qué liberación, querido! Ahora que te
veo tal cual eres, ¡qué liberación de mi alma! Te agradezco, o me agradezco a
mí misma haberme inventado esta historia tan bella que yo viví, que ha
despertado a las musas que adormecían en mi interior, que me han hecho conocer
otra forma de querer, absurda y ciega como solo el amor romántico ese con el
que nos intoxican desde niñas es capaz de hacer… ¡Oye, qué me ha vuelto a engañar
cual pendeja estúpida! Ahora escribo desde la belleza que el pincel teñido de
dolor o de resentimiento me permite, desde una luminosa y cegadora verdad, a
veces amarga pero siempre libertadora. Son claros los trazos que firmemente
dibujo en esta nueva lámina en blanco que la sobriedad ensordecedora del desamor me ha entregado, no… ni siquiera
es desamor, es despojamiento, desmembramiento de ti, es por ello que puedo verte y no sentirte, puedo pensarte y no dolerte,
puedo latirte y no sentir, puedo buscarte en mí y no amarte.
Comentarios
Publicar un comentario