FELICIDAD REBELDE

Hoy me siento inmensamente feliz, de esa felicidad que te hincha, que te hace más grande, que hace que flotes… como si retuvieras líquidos. Pero resulta que hoy en día, al hecho de decir cuán feliz eres se le llama postureo, y al de decir cuán triste estas, se le llama ser dramática. Así que haciendo oídos sordos a tanta etiqueta y limitación léxica, quisiera gritar que soy infinitamente feliz, de la manera más finita que puede expresar mi cuerpo, mis manos y mi mente. Hoy he decidido retar al miedo, retar a ese ego agorero que desea fastidiarte los mejores momentos, y dejarlo aparcado para poder disfrutar de este presente ilusorio, de este presente efímero y fugaz como un aro de humo saliendo de tu boca, pero que parece trazar, de esa manera tan discontinua, una línea recta y creciente en la hermosa función que está dibujando la alegría en mi vida. Estoy tan sumamente dichosa que creo que puedo proyectarlo e inyectar a la gente de mí alrededor con energía positiva.

Dicen que las malas noticias nunca vienen solas, pero, ¿nadie habla de las buenas? ¿Vienen juntas o vienen por separado? ¿Y cuando dejan de venir? ¿Y si me creo un castillo de cristal con las buenas nuevas? ¿Y si creo una hermosa burbuja, un escudo de felicidad de tal modo que nunca puedan entrar la negatividad y el miedo? Entonces, me doy cuenta de que está dentro de la burbuja. ¿Acaso lo traía yo conmigo? Parece que sí, pero me niego a que por una vez en mi vida, ahora que voy a disfrutar de este momento, me niego a dejarlo que pinte grietas en mi ilusión, en mi esperanza, en mis ganas de vivir. Hoy no, y como mañana también será hoy e igualmente ocurrirá el siguiente… Con este engaño de palabras, intentaré aplacarlo, convertirlo en un enemigo adormecido, rey del pasado pero mendigo en el presente.


Comentarios

Entradas populares de este blog

ESPEJO

MATERNIDAD Y FEMINISMO

EL PASADO