RESPIRARTE

El sol se cuela zigzagueante entre ellas, haciendo que el oro de tu mirada me llegue en forma de destello entre las cortinas de tus pestañas. Siento que puedo perderme entre ellas, como si cayera sin miedo hacia dónde, recibiéndome en ellas, lecho de plumas que me sujeta.

Siento que nunca amé así.

Veo como ignoras que llevo horas mirándote casi sin respirar porque te ansío tanto que quisiera respirarte,  siento que podría conseguirlo, casi puedo sentir que creas un oxigeno diferente para mí, empapas el aire con tu olor, haciéndolo asfixiante cuando desapareces.

Fumas distraído como si no te interesara, como si la vida no pareciera correr mientras te admiro. Me siento celosa de ese humo que desvergonzado de mi presencia penetra en tu interior con esa facilidad cálida que suele mostrar el humo de tu cigarro. Tómame como ese humo, como ese veneno que por siempre nace en tu boca para morir en tu pecho. ¿Acaso tú ya no lo haces conmigo?

Siento que nunca amé así, ni siquiera a mí.

Eres mi respirar, te siento tanto cuando estás a mí alrededor que incluso podría inhalar cada risa y cada mirada que descargas sobre el mundo, como si pudieras regalarlo sin importarme, sin hacerme añicos cada vez que te desprendes de mí, cada vez que te separas.

Siento que nunca amé así, ni siquiera a ti, ni mucho menos a mí.


Comentarios

Entradas populares de este blog

ESPEJO

MATERNIDAD Y FEMINISMO

EL PASADO