EL FINAL

Finales que se acercan, por estúpido que parezca, nos hacen vernos, introspectarnos, analizarnos y mirar hacia atrás, intentando recordar qué aprendimos. Este final me llega con sabor a arco iris, una degustación de mil colores, tanto oscuros como claros y luminosos. Susurros Claros llegan a mis oídos, de las diferentes proyecciones de mi misma, que me hablan atravesando universos y realidades para aleccionarme y mostrarme mis errores o mis aciertos. Me gritan continuamente, aunque yo busque un camino de paz y silencio, ahí están mis yos, enseñándome con ráfagas de luz, como esas que me produce el desprendimiento de retinas, para intentar con luz cegadora, abrirme los ojos. Irónico, ¿no es verdad?

Este final, con sabor a muerte y renacer, como cada etapa acabada hace que muramos y volvamos a nacer, reencarnados, debiéramos, en seres más sabios y experimentados, a veces, en seres ciegos de orgullo deseosos de volver a tropezar porque sin darnos cuenta nos volvimos adicto al sabor a sangre en la boca. Este final que me toca, me llega con mucho sabor a amor, el amor parece que hizo acto de presencia este año, en tantas y tan dolorosas maneras. Pero lo mejor es que todos los tipos de amores que experimenté no eran más que derivados de uno, grande e importante, un único amor que debía aprender y que todavía ando estudiando, el amor a mí misma. ¡Qué difícil y solitario es quererse a una misma! Solitario porque requeriría desprenderte de muchas personas que no saben amarte, solitario porque en muchas ocasiones te obliga a caminar desamparada por el sendero de la vida para de ese modo aprender a escucharte y dejar de oír los cantos de sirena que te llevan tranquila pero inexorablemente contra las piedras.

Este final, me ha mostrado a una Almudena diferente, pequeña y desvalida, amorosa, llena de pasión y celos, a veces malévola y estratega, jugadora, inteligente y boba por partes iguales, asustada, emprendedora y temerosa, dolorida, traumatizada la mayor parte del tiempo, pero muy, demasiado, perdonadora. Intento hablar traduciendo los latidos de mi corazón en palabras pero no siempre se me dio bien interpretar este tipo de código morse a base de bombardeos de sangre.


Este final también lleva como broche risas entre amigas, canciones con sabor a verano, bailes, besos fugaces, luces y sombras, charcos que me recuerdan pasiones nuevas y engaños nuevos que saben a amores pasados, este año he sido engañada más de lo que hubiese querido y he querido más de lo que he sido engañada. Tal vez no sepa amar o tal vez amé más de lo que debiera, pero déjenme decirles que amen, aprendan, quiéranse más y disfruten en la forma más pura y hermosa que sepan. Acojan este nuevo renacer con todas las fuerzas que encuentren, llénense de esperanza, de amor y aventúrense a vivir, porque puede que solo tengamos una única oportunidad para hacerlo.

-Los finales no son más que la oportunidad de un nuevo comienzo-

Feliz fin de año y comienzo del que está por venir.


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